La derecha dura
–dura, por necia, por ignorante- tiene un canal subterráeno, Willax, y una
alcantarilla infame desde la que hablan -¿hablan?- dos sinuosos personajes de
nuestra política, Rafael Rey y José Barba. Estos dos, en la emisión de su
programa el 4 de junio pasado, comentaron burdamente el artículo que sobre el
grupo poético Kloaka (1982-1984) escribió el periodista Ghiovani Hinojosa en la
revista Domingo del diario La República, a propósito de la celebración
de los 30 años del grupo en Petroperú.
Por supuesto, el artículo de Hinojosa poco dice de la
calidad literaria y/o artística de los miembros del grupo, a saber: Mariela
Dreyfus, Róger Santiváñez, Domingo de Ramos, Guillermo Gutiérrez, Edián Novoa,
José Velarde, Mary Soto y Enrique Polanco. Con este último, empieza su crónica:
“El pintor Enrique Polanco tenía ganas de incendiar el mundo. Se tambaleaba
como un poseso por las calles de Lima con una botellita de ron en las manos.
Era una tarde de 1982 (...). Por sus venas corrían litros de alcohol”. El
periodista resalta la anécota, pero no ha comprendido que se trata de la
celebración que el grupo quiere hacer de su propuesta poética y artística, no
solo vivencial. Enrique Polanco, así como muchos de sus antiguos miembros,
entre ellos, Róger Santiváñez, Mariela Dreyfus o Domingo de Ramos siguen con su
labor artística, pintando y escribiendo, pero de esto no hay una sola palabra
escrita ni tampoco del contexto violento con el cual convivió el grupo, salvo
un poema de Mariela Dreyfus, “Post Coitum” de su primer libro Memorias de
Electra.
No es que yo le
pida al periodista un tratado literario ni una crítica a la propuesta poética
del grupo, pero un artículo plagado de anécdotas provocadoras no dice nada –o
dice mucho de mala manera- sobre el legado del grupo a la tradición poética
peruana. Por supuesto, no niego que existió una bohemia y un deseo de ruptura,
pero eso no define la totalidad de la propuesta. Sin embargo, de esto se
aprovecharon Rey y Barba, para lanzar sus comentarios. Así, con desparpajo
dicen: “Nadie en el Perú sabía que existía el grupo Kloaka” o citan frases del
texto como “A veces comían de un mismo plato”, a lo que ellos agregan: “como
las ratas”. El asunto es que a ellos el grupo Kloaka les interesa un pepino,
incluso expresan majaderamente no conocerlo. Es una mera excusa para lanzarse
contra lo que ellos consideran sus opositores ideológicos, el diaro La
República y el presidente de Petroperú, Humberto Campodónico. Lo más
espeluznante en este país de infamias es que Petroperú ha cancelado la
celebración, con lo cual le da la razón a estos patéticos personajes.
Esta columna fue publicada el día de hoy, domingo 24 de junio de 2012 en el Semanario Siete (www.siete.pe)